Abre mis ojos Señor.
Dios te bendiga a ti que me acompañas en esta hora, seas bienvenido a discípulos de Cristo, deseo de corazón este mensaje sea de edificación para tu vida.
Reflexionando un poco en estos tiempos de crisis en que buscamos una solución para salir adelante, me doy cuenta, de como nuestros sentidos pueden ser confundidos con tanta información, que sinceramente nos ha provocado dudas y miedos que al final desvían nuestra mirada y atención a Dios, el único que tiene poder para liberarnos y salvar nuestra alma en estos tiempos difíciles
Cuando pienso en cuantos milagros hizo el Señor y los que aún sigue haciendo, me hace desear profundamente que su mano nos libere de esta situación complicada, pues hoy una pandemia quebranta nuestros ánimos y ha nublado nuestra mirada impidiéndonos vislumbrar la salida a esta situación ¿Pero cómo llegaremos la salida, si nuestra atención está lejos del Señor?
Talvez lo hayas pensado como yo. Que hoy es tiempo de pedir a Dios que abra nuestros ojos para verle con claridad y asi alcanzar su misericordia. Quizás hoy deseas verle o talvez le hayas visto en algún momento de tu vida, pero muchas circunstancias te impiden levantar tus ojos a los Cielos para ver al Señor nuevamente. Quiero que sepas esto, cualquiera que sea la razón que te ha impedido ver al Señor y su favor en tu vida, hoy es un dia de esperanza.
Al pensar que en Dios hay una esperanza firme, recuerdo como el Señor abrio los ojos de un hombre ciego que en medio de su dificultad quería ver y lograr asi admirar la grandeza de Jesús. En el Evangelio de Lucas capítulo 18 se nos narra sobre esta situación impresionante.
Iniciando en el versículo 35 les comparto lo siguiente
35 Aconteció que al acercarse Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando.
En el versículo se nos relata sobre un hombre desvalido que permanecía en el camino a Jericó, quizás este hombre permanecía allí sin esperanza, así como muchos alguna vez hemos vivido, talvez todo lo contrario, estando cercano a Jericó pensaba, en como esas murallas cayeron por el poder de Dios ante el grito y la marcha del ejército de Israel. Quizás, haciéndolo imaginar que tal como aconteció a Jericó que sus murallas cayeron y permitieron avanzar a Israel a la tierra prometida, de forma similar a este hombre Ciego, un dia todo aquello que le impedía ver a su Salvador seria derribado. Posiblemente este hombre no imagino que ese dia, en que su vida marchaba igual, todo cambiaría radicalmente para él, pues una sorpresa le esperaba.
Al pensar en esto me doy cuenta de la perfección de las sendas de Dios, cuando menos lo esperamos, él está cerca de nosotros para cambiar nuestra realidad, deseo te des cuenta, cuando el Señor este junto a ti y aproveches esa oportunidad para que tu vida sea sorprendida por el.
Versículo 36 Al oír que pasaba una multitud, preguntaba qué era aquello.
Este hombre que a pesar de no poder ver, percibe algo distinto, posiblemente el ruido de la muchedumbre le advierte sobre algo importante en el camino, haciéndole preguntar con curiosidad
¿Por que esa multitud?
En el versículo 37 le informaron que pasaba Jesús de Nazaret.
La gente le anuncia, que Jesús, iba caminando cerca de él. Este hombre posiblemente había esperado toda su vida una respuesta tan importante, saber que Jesús, el Mesías de Dios, estaba a su alcance en ese momento seguramente conmovió su corazón y lo estremeció. Cuando pienso en los momentos de mi vida en las veces que Jesús ha caminado cerca de mí, las ocasiones que alguien me anuncio, tal como a aquel hombre ciego, que Jesús se ha cruzado en mi vida, que su mensaje ha buscado alcanzarme y no me di cuenta, talvez porque he cerrado mis oídos y ojos a él, me hace reconocer que a veces nuestra ceguera esta en nuestro corazón, y aunque nuestros ojos vean, no podremos ver la gloria del Señor. Cuanto debemos aprender de este hombre que su impedimento físico, no le impidió alcanzar lo que vio en fe, con su corazón.
Pero que impresionante actitud la de este hombre ciego, al saber que Jesús estaba cerca de él vemos en el versículo 38 su reacción,
38 Entonces gritó: “¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!”
Pero que sorpresa para el hombre ciego, ante la noticia que escucho, grito:
Jesús, ten misericordia de mí ¡!!!.
El grito efusivo de este hombre, denota la sinceridad y alegría de su corazón, y cuando exclama: Hijo de David, reconoce que ante él, aun sin verle, se encontraba el Mesías anunciado a Israel. Su actitud hace damos cuenta que la fe de este hombre fue más allá de sus sentidos, pues su corazón y conciencia vieron con más claridad que aquellos que veían con sus propios ojos a Jesús. Ante esta verdad, pienso en cuantas veces tristemente hemos despreciado las oportunidades que el Señor nos ha obsequiado para verle, quizás porque no hemos reconocido la grandeza de Dios.
Cuantas veces a pesar de haber visto su misericordia no la queremos reconocer, quizás porque pensamos no le necesitamos. Por ello aprendamos de este hombre que reconoció ante quien se encontraba en ese momento, algo digno de admirar é imitar, Quizás necesitamos tener un corazón como el del hombre ciego para apreciar la grandeza de Dios y reconocer asi que solo en el tenemos esperanza.
A pesar de los gritos del hombre ciego para que Jesús lo escuchara, nos damos cuenta en el siguiente versículo, cuanta oposición encontraremos cuando buscamos al Señor
39 Y los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba mucho más:
“¡Hijo de David, ten misericordia de mí!”
Piensa un momento en lo acontecido al hombre ciego que clamo por misericordia en como muchos intentarón ahogar su voz bajo los gritos de la multitud para callarlo, este hombre no se rindió y gritaba mucho mas alto:
Hijo de David ten misericordia de mí, ¡!!!! este hombre sabía que solamente Dios tiene el verdadero amor, poder y misericordia para responderle y sanarlo.
No nos sorprendamos ante la oposición, Así como al hombre ciego intentaron callarlo para evitar que Jesús escuchara su clamor y volviera su mirada a él, de igual forma muchas veces, intentaran callarnos cuando se den cuenta que el Señor ha tocado nuestro corazón y nosotros deseamos encontrarle, Pero no desmayes, sin importar cuan grande sea el estruendo que levanten contra ti para intentar callarte, fracasarán.
Si levantas tu voz con fe, con humildad, con amor y sinceridad al Señor, él te escuchara y todo el ruido que levantaron contra ti se convertirá en silencio.
Ante el insistente clamor de este hombre en medio de los gritos y la oposición, en los versículos 40 y 41, se nos relata que Jesús escucho sus gritos. Ante esto, logramos apreciar la acción misericordiosa del Señor.
40 Jesús se detuvo y ordenó que lo trajeran; y cuando estuvo cerca, le preguntó:
41 “¿Qué deseas que haga por ti?” “Señor, que recobre la vista,” contestó el ciego
La Actitud y la respuesta que el Señor dio al hombre ciego, fue con la misma autoridad, quietud y poder con que sostiene la tierra y tu vida, Siendo así, Jesús pide a sus seguidores que lleven a este hombre a su presencia, El Señor, seguramente maravillado ante el deseo é insistencia de este hombre para estar cerca de él, le pregunto ¿Que deseas?, haciéndonos ver cuanta es la misericordia de Dios, que sin pedirle ningún argumento se dirige a este hombre con palabras de poder, como aquel a quien todo le es posible.
Al reflexionar también en la petición de este hombre, vemos expresado que el anhelo de quien reconoce que ha sido creado por Dios, es ver su majestad. Y al apreciar la respuesta que luego dará el Señor, nos hace ver que su deseo para nosotros es que no nos conformemos con vivir en la oscuridad, pues el Señor quiere que veamos su luz majestuosa y nos gocemos en ella.
Por ello te animo a recordar esto: Si Jesús te ha escuchado y se detiene para llamarte, nadie le detendrá para llevarte a su presencia.
Ahora ante la petición del Hombre ciego para recobrar su vista, vemos en el versículo 42 la respuesta del Señor.
42 Jesús entonces le dijo: “Recibe la vista, tu fe te ha sanado.”
Ante la petición de este hombre, el Señor le declara con voz de autoridad: recibe la vista, tu fe te ha sanado, revelándonos así, que nuestra fe al ser verdadera, logra que la mirada misericordiosa de Dios se vuelva hacia nosotros y veamos el poder de Dios obrando en nuestra vida, piensa en esto: cuanta fe pudo tener este hombre que no escatimo en pedir un milagro tan impresionante al Señor.
Si este hombre ciego reconocía que Dios es poderoso para devolverle la vista ¿Qué esperas tú, para pedirle al Señor que obre en tu vida?
Luego que este hombre recibió la respuesta inmediata del Señor, nos damos cuenta en el siguiente versículo, como su actitud al recibir su milagro, fue de continuo agradecimiento a Dios.
43 Al instante recobró la vista y seguía glorificando a Dios. Cuando toda la gente vio aquello, dieron gloria a Dios.
El hombre que recobro la vista, ahora que ve con sus propios ojos al Mesías, continúa glorificando a Dios, este hombre que en medio de muchas dificultades, persevero largo tiempo creyendo en el Señor. recibió su milagro, sus ojos fueron abiertos y logro apreciar a su salvador y no solo esto, por causa del milagro que Dios hizo en su vida, toda la gente que fue testigo de ello, dieron gloria al Señor.
¿Te Pregunto, Cuanta fe puedes tener tú, para que Dios obre a tu favor y lograr como aquel hombre ciego que muchos alabaran al Señor por causa de su milagro, ya no dudes mas y permite al Señor obrar en ti.
Cuando pienso en los tiempos difíciles que vivió este hombre antes de recobrar su vista, me hace reflexionar en las situaciones difíciles é inimaginables que hoy vivimos, momentos en que nuestros miedos, preocupaciones y muchas mas cosas nos hacen caminar a ciegas impidiéndonos reconocer que Jesús se encuentra cerca de nosotros para rescatarnos.
Al reflexionar en que mas puede cegarte para no ver al Señor, es necesario reconocer que el pecado, te ciega impidiéndote ver al Señor. Talvez el ruido del mundo, su seducción, sus gritos, sus violencias te han ensordecido y no logras escuchar la voz del Evangelio que te anuncia que Cristo y su Reino están cercanos. Pueden ser muchas las razones, pero Dios en su misericordia puede librarte, sin importar cuál sea el motivo por el cual no logras verle y escucharle.
Hoy es tiempo de reflexionar y aprender de aquel hombre ciego, que sin importar todo impedimento, levanto su voz para clamar al Señor y alcanzar su misericordia.
Si tu deseas verle, Cree en esto: Si el Señor Jesús obro para bien en la vida de este hombre, ciertamente lo hará en ti, pero necesitas pedirle con fe que el quiete tu ceguera para que encuentres la verdad y la salvación que solamente se encuentran en él. Recuerda: Jesús es el único que te responderá con misericordia y poder, solamente él puede abrir tus ojos, sanar tus heridas y quitar tus miedos, solo él puede perdonar tus pecados, solo en él está la vida eterna.
Quiero que sepas esto: Si tu mirada ha estado lejos del Señor por mucho tiempo y deseas ver su misericordia, acércate hoy a él y alcanzaras su favor y su gracia.
Como aquel hombre que reconoció que solo en Cristo hay esperanza, reconoce en tu corazón que solo en él habita la Luz de Dios que puede guiar tu camino hoy hasta la eternidad. Cree en el Señor Jesús y el abrirá tus ojos, para que veas a través de las ventanas de los Cielos, al majestuoso Dios esperándote con los brazos abiertos.
Si Jesús te está llamando, responde a su voz, pues él ha escuchado tu corazón, acércate a él y encontraras la vida eterna.